CUENTOS QUE SON VERDAD Y SUCEDIERON, de Manoli Vicente Fernández
Pasaba por allí. Por cosas de la vida me encontré con él e
intercambiamos nombres y cuentos. Nos gustaba coser letras sobre el
mundo, sobre la hierba verde de los campos. Me contó que sabía que la
función era breve, pero me enseñó un lugar en el
que siempre le encontraría. Un lugar en el que, al leerle, reviviría
para todos. Ese lugar es su casa: Montes de Toledo.
A Javier Ximens, siempre.
Nadie que se encontrase con él quedaba indiferente, una verdad tan grande que no admite matices. Todo lo demás puede ser mentira, o tal vez no. Él nos enseñó eso y otras muchas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo, Manoli